Caídas en bolsa, problemas con la deuda, pérdidas millonarias...Los Mercados (¿quién carajo son los mercados?) se encuentran en estado de pánico. El mundo de la economía, la bolsa y la inversión les suena a muchos a un mundo ajeno, a una dimensión supravital, algo sólo al alcance de sesudos científicos y, cómo no, Iker Jiménez, al que no se le escapa una. Así, al menos, lo veía yo hasta hace poco más de dos años y, aunque a base de palos, algunas pinceladas de este universo desconocido he ido descubriendo, mentiría si me señalara como un entendido en la materia.
El caso es que hoy todos sabemos un poco más de estas cuestiones, que parece que están de actualidad. Hasta una emisión de letras de Grecia puede convertirse en un distendido tema de debate en el botellón que se organiza frente a la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM (lo sé porque me lo han contado, que yo ya no tengo edad para moverme en esos ambientes). Ahora, nos dicen que no hay confianza en España. Y para ilustrarlo exhiben una especie de termómetro llamado prima de riesgo (y uno se pregunta, ¿quién es Riesgo? ¿y qué tal es su prima?) que parece haberse recalentado en las últimas semanas y ya marca casi 400. Y no, "no tiene nada que ver con el cambio climático", ha asegurado el primo de Rajoy (y por primo me refiero al hijo de su tío, no se hagan interpretaciones ajenas a mi intención).
Nos reiteran que es una cuestión de confianza. Y también de especulación. No se cree en España y los más listos aprovechan para atacarnos. Como el típico grandullón del colegio que se acercaba a provocar al más endeble de la clase, esperando una respuesta de éste que justifique el guantazo definitivo. ¿Y qué te diría tu madre ante esto?: "Hijo, tu pasa aunque te insulten, que ya se cansarán...". Sabiduría materna.
¿Y si aplicamos la sabiduría materna a la economía? Que nos atacan...pues pasamos. Que la prima de riesgo supera los 400 puntos...me da igual. Ya se cansarán, ¿no? También podemos hacer como que todo va bien:
- "No mira, que tu economía no crece".
- "Ya, porque yo no quiero, que, con ésta así, ya tengo suficiente".
- "¿Y los cinco millones de parados?".
- "Bah, esos nada, de vacaciones continuas y pagadas".
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| España e Italia se ríen de los mercados. |
Imaginen la cara de tonto que se les quedaría a esos temidos especuladores. El chico endeble, España, y su inseparable amigo Italia, ignoran sus amenazas y se marchan tarareando aquello de "hakuna matata, vive y deja vivir, hakuna matata, vive y sé feliz...". Se verían obligados a llamar a sus terribles aliadas, las agencias de ráting (una palabra cuya raíz semantica es, indudablemente, la misma que la de rata). Entonces llega la amenaza más temida: "¡Te vamos a bajar la nota a bono basura!". España las mira sorprendido. Por un momento piensa quejarse, patalear. Es una decisión injusta, pero...y si su respuesta fuera: "Ah, no pasa nada, esa me la pensaba dejar para septiembre". Ahí sí que les estaría dando duro. Quedarían noqueadas.
Tal vez, después de todo eso, la economía seguiría flojeando, el paro no dejaría de subir, España tendría que dejar de pagar sus deudas, nos recortarían servicios sociales, los bancos no nos darían créditos e incluso nos restringirían nuestros ahorros. Pero las risas que nos echaríamos mientras, no nos las quitaría nadie. Pues eso, la receta está clara: confianza, ignorar al enemigo y "ningún problema debe hacerte sufrir, lo más fácil es saber decir, Hakuna Matata".



